Tuesday, November 01, 2005

Niños

Por Dios, me va a dar un coma diabético. Si vuelvo a ver otra Z sobrevolando la línea del horizonte, si vuelvo a escuchar la expresión “como uno más” o “muy humano”, si vuelvo a ver unas mechas y una nariz ideal para apagar el alumbrado público de una metrópoli victoriana, si vuelvo a ver esos dientes, si vuelvo a recordar un día más lo que fueron aquellos días es-pan-to-sos –no, queridos, no todo tiempo pasado fue mejor; los hubo peores, muchísimo peores–, me pondré a CHILLAR.

Por Dios, ¿hay alguna manera de darse de baja de un país y pedir asilo político en Brideshead?

La verdad, la infancia nunca me ha vuelto loco. Para mí, Peter Pan jamás ha sido un héroe, sino un botarate. La primera vez que vi aquella película fue en un cine de verano, en una noche en que me encontraba más solo que nunca, con más años de los que ahora me atrevería a confesar en voz alta. Aquel idiota con mallas color verde botella… Dios. Qué estomagante. Qué atrocidad. Qué aberración. Qué espanto. Qué mariconazo.

Me empalmé, claro.

1 Comments:

Blogger Manuel said...

guarra!

7:39 AM  

Post a Comment

<< Home