Wednesday, September 21, 2005

Esputos

Hay una primera vez para todo. Para nacer. Para morir. Para follar. Para matar. Para todo. Hay una primera vez para casi todo. Para iluminarte la cara con unas mechas –¿quieres iluminarte la cara?; pues hazlo con un lanzallamas, puta, pero no salgas con esos pelos a la calle–. Para pintarte como una mona. Para ponerte unos pantalones cargo ¡con bota vaquera! Para no hacerte la manicura. Para llevar bisutería de plástico como quien lleva el vellocino de oro desollado sobre los hombros. En fin. Para todo.

Para lo que no hay tiempo, o no debería haberlo jamás, es para decir cosas como: “¿Dinero? No, yo no hablo de dinero. Eso me parece una ordinariez”. Hablar de dinero es muy ordinario. Pero, os lo aseguro, es bastante más ordinario llegar al cajero automático con el alma en un ay porque no sabes si lo que van a salir son billetes o un esputo.

Y esto me lleva al recuerdo de hoy: la primera vez que me escupieron en plena calle. Fue en la Cuesta de San Vicente. Yo acaba de salir del cine, de ver una película británica de época con mucha ceja alzada, mucho lamé y grandes, ingentes cantidades de epigramas. Una película cuyo título hoy ni siquiera recuerdo. En fin, el caso es que bajaba la cuesta hablando solo (que es algo que me encanta, porque hace un efecto muy lunático, que le va fenomenal a mi guardarropa), y pasó un negro. Y, sin mediar palabra, abrió la boca y me soltó un escupitajo en plena cara.

Y no me gustó.

En fin, el caso es que hoy, cuando me encuentro con una corte de los milagros, compuesta por seres que parecen escapados de un friso gótico –por ejemplo, una alegoría de la avaricia–, que pretende hacerme la luz de gas por una cuestión de dinero –qué ordinario el dinero, sí: ¡qué ordinario!–, me siento exactamente igual que aquella noche. Como si me hubiesen escupido a la cara.

Y no me gusta.

1 Comments:

Blogger noesmivida@hotmail.com said...

tu recuerdo me llevó al mío: la primera (y única vez) que me escupieron en plena calle... En el parque de la Ciudadela en Barcelona una mañana en la que un amigo y yo habíamos decidido saltarnos unas clases de 8º de EGB ... mientras estábamos tumbados en el césped viendo pasar las nubes llegaron tres chavales en bicicleta nos escupieron y se fueron ...
Tampoco me gustó.

8:17 AM  

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