Wednesday, June 21, 2006

Fracaso

“Mi gran fracaso es no haber podido proporcionarle una familia a mis hijos”.

Me encanta Concha Velasco. No sé si dará las entrevistas borracha o no. No tengo la menor idea. Lo que sí sé es que da una entrevistas espléndidas, a tumba abierta. Con esa voz cazallera, igualmente espléndida, y una sonrisa pétrea, aprendida a base de hostias –“Es una lástima que la vida te enseñe a tortazos, ¿verdad?”-–, es capaz de contarte las cosas más terribles sin que se le altere el gesto:

“Es que yo nunca he sido niña. Hice la comunión con un vestido arrugado directamente sacado de la caja… de la caja de muerta de mi prima. Consuelito se llamaba…”

Y recuerda a su familia, a su madre, a su padre –“¿Si tuviese que escribir un libro sobre mi vida? Uy, yo escribo mucho. Me sirve de terapia. En España, ¿quién no escribe? ¿Quién no ha escrito una novela, una obra de teatro, un guión…? Es tan típico. Sí, escribir me encanta. Si escribiese un libro de mi vida se llamaría La hija de Pío”– y la voz se le vuelve a ahogar en lágrimas. Me da exactamente igual si tiene resaca o no, a estas alturas de la película ya sé que las lágrimas derramadas después de una botella de whiskazo son tan sinceras (o más) que las derramadas tras una copita de agüita del carmen. Y me emociono.

Me encanta Concha Velasco precisamente por eso. Porque siempre consigue emocionarme cuando interpreta su mejor papel: ella misma. Una mujer fracasada, que (no) ha aprendido a base de hostias, de desahucios, de copas, de desgarros, de resacas y de remiendos; una mujer que, mientras te cuenta sus miserias –“Es que mi madre murió sola, ¿sabes?, y a mí me da terror morirme sola”–, te ofrece su mejor sonrisa.

Me recuerda un poco a Lola Herrera en Función de noche (“Nunca he tenido un orgasmo. No sé lo que es eso”) y, salvando las distancias, a mi madre hablando de mi padre o de nosotros (“Nunca me han gustado los niños. Cuando los tienes, claro, los quieres… Es tu obligación”); en cierto modo, también me recuerda un poco a mi hermano (“Vivir contigo es un infierno”) o a mí (“No sé… No siento nada hacia ti”).

Al final, en cuanto escarbas un poquito, todos llevamos un fracaso a rastras. Pero, ay, qué pocos saben contarlo con una sonrisa.

3 Comments:

Blogger Roberto said...

uy, UN FRACASO, dices... ojalá fueran tan pocos.
Fantástico texto - ¿cuándo no?

12:19 PM  
Blogger Madame X. said...

Usted sí que es fantástico…

[JUEGOS FLORALES patrocinados por Interflora]

2:20 AM  
Blogger Vipère de Gabon said...

También yo adoro a Concha Velasco, a pesar de tantas cosas que le han caído encima y no merecía. No se le caen los anillos si dice que ha hecho películas horrorosas, una de ellas "Julia y el celacanto". ¡A ver quién le enmienda la plana al todo el plantel de la película, empezando por el que tuviera la iluminación de elegir el título!

Concha Velasco es magnífica, impagable, y eso lo comparte contigo.

Es un precioso texto.

6:35 AM  

Post a Comment

<< Home