Wednesday, May 31, 2006

Rentrée

Sí, aquí estoy. Supongo que es lo que Lana Turner soñó durante tantos (y tantos y tantos y tantos…) años: un come-back. Pues sí, todo un regreso.

Ya no parezco un candelabro de bronce, afortunadamente (compadezco a JFK y su más que simbiótica relación con la ictericia, la malaria y otras manifestaciones de la tez ocre); ya no me quedo dormido en hombros ajenos, como un narcoréptico cualquiera; ya no…, ya no… Ya no disfruto de la paz y la ataraxia de dormir ininterrumpidamente durante 18 horas, ya no puedo gozar de los deliciosos placeres de la lectura y la pereza, ya no puedo agarrarme a la excusa de que estoy enfermo para no mantener conversaciones perfectamente vacuas que, bajo ningún aspecto, ni siquiera bajo coacción física, me apetecía mantener. Ya no.

Pero, bueno, también puedo disfrutar de imágenes encantadoras y conversaciones no tan encantadoras:

Mi madre (mirándome fijamente): Los jóvenes…

Yo: …Ay, gracias, mamá…

Mi madre: …habéis perdido el oremus. Folláis como los perros.

Yo: Mujer, como los perros no. Los perros follan para tener perritos y las personas para darse un gusto al cuerpo.

Mi madre: Pero qué ingenuo eres. ¿En serio crees que los perros follan con la idea de tener unos lindos cachorritos? Los perros follan porque les pica. (Pausa) ¿Por qué follan tus amigos?

Yo (tras una reflexión profunda): Porque les pica.

Mi madre: Pues eso. Como perros.

Otro bonito recuerdo para deshojar en una tarde lluviosa ante el fuego. Se me ocurren varios candidatos…